Rogelio Barroso, CECyTE, ILCE.
INTRODUCCIÓN.
El presente ensayo pretende mostrar (mas que demostrar), como a partir del presente siglo ante los evidentes rezagos de las Instituciones Educativas Públicas (IEPU), principalmente en el nivel de educación media superior donde es evidente un mayor atraso en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), así como la búsqueda de novedosos y efectivos métodos de aprendizaje, las Instituciones Educativas Privadas (IEPR), han logrado en este aspecto posicionarse en un terreno más aventajado; y aunque el presente ensayo tampoco pretende analizar la calidad educativa de las IEPR, si tiene como objetivo evidenciar la inequidad existente para un amplio grupo de la población mexicana con limitaciones económicas (5 salarios mínimos mensuales o menos), que al no tener la posibilidad de ingresar a una educación de calidad como la UNAM, por los limitados espacios que en educación superior ofrece, se ven en serias dificultades para acceder a otras opciones en instituciones privadas y por lo tanto, quedan en condición de renunciar definitivamente a toda posibilidad de formación profesional.
Hablar de educación de calidad no es sencillo, mucho se ha hablado sobre este tema, pero el término en si puede ser vago y poco claro si no buscamos definirlo con precisión. Lo que si es evidente es que la educación es un derecho irrenunciable de todos los Mexicanos como lo marca el Art. 3° de la Constitución Política Mexicana, lo que implica que la educación no es sólo un mero servicio, sino verdaderamente un derecho que el Estado tiene la obligación de respetar, asegurar, proteger y promover. Mientras los servicios pueden ser diferidos, pospuestos o hasta negados, la Educación es un derecho exigible y justiciable por las consecuencias que se derivan de su violación o irrespeto.
Para definir el concepto de educación de calidad, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (UNESCO, por sus siglas en inglés) resalta en primer lugar que la educación es un Derecho Humano fundamental y propone cinco dimensiones esenciales para su evaluación: equidad, relevancia, pertinencia, eficacia y eficiencia. Y señala explícitamente que la ausencia de alguna de estas cinco dimensiones determinaría una concepción sesgada de este concepto. (Murillo & Cuenca, 2006)
En México las reformas del Sistema Educativo Mexicano (SEM), han utilizado al concepto “Educación de Calidad”, como un concepto bandera, donde lo solución a los problemas se sustenta principalmente en lo relativo a la cobertura y la supuestamente, enorme inversión que en este aspecto se aplica, sin embargo la realidad actual demuestra que a pesar de estos enormes esfuerzos en el desarrollo de infraestructura, la cobertura en el nivel de educación superior apenas llega al 26 %. Muy por debajo de la que presentan la mayoría de los países desarrollados. (Suverza, 2007)
LOS INEQUIDAD EN EDUCACIÓN MEDIA Y SUPERIOR.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, (OCDE, 2006) en su estudio para México nos brinda los siguientes datos:
De 1995 a 2003 el gasto en educación primaria (básica) y secundaria (nivel medio superior) aumentó 49%, mientras que en la educación terciaria (educación universitaria y programas vocacionales de nivel avanzado), aumentó el 67%.
INTRODUCCIÓN.
El presente ensayo pretende mostrar (mas que demostrar), como a partir del presente siglo ante los evidentes rezagos de las Instituciones Educativas Públicas (IEPU), principalmente en el nivel de educación media superior donde es evidente un mayor atraso en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), así como la búsqueda de novedosos y efectivos métodos de aprendizaje, las Instituciones Educativas Privadas (IEPR), han logrado en este aspecto posicionarse en un terreno más aventajado; y aunque el presente ensayo tampoco pretende analizar la calidad educativa de las IEPR, si tiene como objetivo evidenciar la inequidad existente para un amplio grupo de la población mexicana con limitaciones económicas (5 salarios mínimos mensuales o menos), que al no tener la posibilidad de ingresar a una educación de calidad como la UNAM, por los limitados espacios que en educación superior ofrece, se ven en serias dificultades para acceder a otras opciones en instituciones privadas y por lo tanto, quedan en condición de renunciar definitivamente a toda posibilidad de formación profesional.
Hablar de educación de calidad no es sencillo, mucho se ha hablado sobre este tema, pero el término en si puede ser vago y poco claro si no buscamos definirlo con precisión. Lo que si es evidente es que la educación es un derecho irrenunciable de todos los Mexicanos como lo marca el Art. 3° de la Constitución Política Mexicana, lo que implica que la educación no es sólo un mero servicio, sino verdaderamente un derecho que el Estado tiene la obligación de respetar, asegurar, proteger y promover. Mientras los servicios pueden ser diferidos, pospuestos o hasta negados, la Educación es un derecho exigible y justiciable por las consecuencias que se derivan de su violación o irrespeto.
Para definir el concepto de educación de calidad, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (UNESCO, por sus siglas en inglés) resalta en primer lugar que la educación es un Derecho Humano fundamental y propone cinco dimensiones esenciales para su evaluación: equidad, relevancia, pertinencia, eficacia y eficiencia. Y señala explícitamente que la ausencia de alguna de estas cinco dimensiones determinaría una concepción sesgada de este concepto. (Murillo & Cuenca, 2006)
En México las reformas del Sistema Educativo Mexicano (SEM), han utilizado al concepto “Educación de Calidad”, como un concepto bandera, donde lo solución a los problemas se sustenta principalmente en lo relativo a la cobertura y la supuestamente, enorme inversión que en este aspecto se aplica, sin embargo la realidad actual demuestra que a pesar de estos enormes esfuerzos en el desarrollo de infraestructura, la cobertura en el nivel de educación superior apenas llega al 26 %. Muy por debajo de la que presentan la mayoría de los países desarrollados. (Suverza, 2007)
LOS INEQUIDAD EN EDUCACIÓN MEDIA Y SUPERIOR.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, (OCDE, 2006) en su estudio para México nos brinda los siguientes datos:
De 1995 a 2003 el gasto en educación primaria (básica) y secundaria (nivel medio superior) aumentó 49%, mientras que en la educación terciaria (educación universitaria y programas vocacionales de nivel avanzado), aumentó el 67%.
En el nivel post secundaria el gasto por estudiante es de $ 2790 dólares, lo que representa tan sólo la tercera parte del nivel promedio de la OCDE que es de $7582 dólares.
En la educación secundaria en México, la proporción de alumnos por maestro es casi el doble comparada con el promedio de la OCDE. Esta proporción tan alta puede influir en la atención que se dedica a cada estudiante así como en la calidad de los resultados.
Tan sólo el 25% de los mexicanos de entre 25 y 34 años de edad ha completado los requerimientos básicos del nivel preparatoria, y es por mucho el nivel más bajo dentro de los países de la OCDE, en donde este nivel de educación se esta volviendo obligatorio y no solo eso, si hablamos de calidad de la educación, mientras la gran mayoría de los estudiantes de 15 años en los países de la OCDE han logrado por lo menos un nivel básico de eficiencia en el razonamiento matemático (o sea, son capaces de resolver las pruebas del nivel 2 de PISA), la proporción de alumnos que carece de este razonamiento suficiente en México es del 60%. Este es un indicador claro de cuántos estudiantes probablemente tendrán graves problemas al utilizar las matemáticas en su vida futura.
La asistencia a las universidades en México no es la excepción, solo el 16% de alumnos entre los 25 y 34 años de edad y el 8% entre los estudiantes de 55 y 64 años de edad, acuden a una Universidad, ubicándose dentro de los niveles más bajos en la OCDE.
Con estos datos podemos pensar que uno de los más graves problemas para el acceso al nivel universitario es la calidad en la preparación de los alumnos, sin embargo a esta situación debemos agregarle la cantidad de alumnos que desean ingresar a un nivel profesional.
Como muestra tenemos a la UNAM, como principal bastión de las IEPU, ubicada en el lugar 192 del ranking mundial. (University of Southampton, 2007)
Que realiza un enorme esfuerzo por actualizar sus planes de estudio, acreditar la totalidad de sus carreras ante los organismos nacionales correspondientes y realizar una enorme inversión en tecnología y equipamiento de sus instalaciones; sin embargo la demanda para acceder a esta Institución rebasa por mucho la posibilidad de ingreso de todos los alumnos que lo solicitan. Revisemos los datos de ingreso a la UNAM en los últimos 7 años. (Memoria UNAM, 2007)
Lo que podemos interpretar en esta tabla es que en los últimos años, sólo el 10% de los alumnos que solicitan ingresar a la UNAM lo logra, quedando un 90% de ellos en condición de buscar principalmente otra IEPU como segunda o tercera opción, antes de intentarlo en una IEPR.
EL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO Y LA BRECHA DIGITAL.
El Sistema Educativo Mexicano (SEM), en conjunto a pasado de 11,538,871 alumnos en 1970 a 30,206,150 en 2001. (Zorrilla, 2002) Para 2006 ya contaba con 32 millones y medio de alumnos, un millón 600 mil maestros y 240 mil escuelas. (Latapi, 2006)
En lo referente al nivel superior, según datos del subsecretario de Educación Superior, Julio Rubio Oca, hacia finales del año 2000 había 1,129 instituciones educativas en este nivel; de éstas 747 eran privadas y 382 públicas. Para finales de 2005 el número se incrementó a 1,419, que incluían 955 privadas y 464 públicas. (Suverza, 2007)
Pero esto no ha sido suficiente para cubrir la demanda que requiere el país pues según datos de la OCDE, de cada 100 estudiantes en edad de ingresar a nivel superior, sólo acceden 26 jóvenes. Mientras que en países europeos, Estados Unidos y Canadá sus tasas de cobertura son por arriba del 60%. (Suverza, 2007)
Si a lo anterior incluimos la brecha digital que existe entre los países desarrollados y en desarrollo y la definimos como “La amplia disparidad entre aquellos que tienen acceso real a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), y aquellos que no la tienen”. (Costa, 2002) Podemos decir que México esta muy por debajo del avance exponencial que los países desarrollados han experimentado, y que decir de la desigualdad que en este aspecto existe al interior del país.
Las TIC son día a día, un pilar para la construcción de las sociedades y economías actuales, la brecha digital implica que los pueblos que no tienen acceso a la información pierden una oportunidad única de cubrir sus necesidades básicas de desarrollo y educación. Esta brecha digital es un reflejo de otras brechas sociales y económicas, pero también puede llegar a convertirse en causa de exclusión, retroalimentando a las otras brechas y haciendo que la disparidad sea cada vez mayor. (Costa, 2002)
En el año 2000, del total de computadoras conectadas a Internet, el 93% se encontraban en los países con ingresos más altos, cuya población representa sólo el 16% del total mundial. Así, en Finlandia existen más computadoras conectadas que en toda la región de América Latina y el Caribe; y en Nueva York más que en toda África.
LA REALIDAD DE LA EDUCACIÓN EN MÉXICO.
Ante estos eventos, la SEP no ha logrado fortalecer su Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica y a 10 años de esta reforma en el Sistema Educativo Mexicano (SEM), refiere el cambio de la función del Estado de ser un administrador a ser un regulador de la educación; a través de la descentralización del sistema, renovación del currículo, producción de nuevos materiales, implantación de programas compensatorios, y nuevas formas de financiamiento, incorpora la evaluación, hace obligatoria la secundaria y amplía el calendario escolar. (Zorrilla, 2006)
La mayor parte del gasto actual en los niveles de educación primaria y secundaria se destina a la compensación del personal, dejando en el nivel de educación primaria tan sólo el 6.4% para otros gastos, tales como materiales educativos. (OCDE, 2006)
En el terreno de la política educativa, el SEM de 1992 a la fecha ha seguido una política de Estado en cuatro aspectos importantes: Descentralización de la educación básica, revisión curricular y producción de libros, reformas sobre el magisterio y participación social en educación. (Latapí, 2004) Pero queda pendiente involucrar a los Gobernadores en asumir la responsabilidad de la educación a nivel de su Estado y buscar una solución a las continuas presiones sindicales, así como mantener una continuidad en política educativa, que lleve a un diálogo constructivo entre los diferentes actores.
A este respecto poco se habla también de la relación existente entre la SEP y el Congreso de la Unión, asunto fundamental para lograr que muchas de las decisiones acertadas e importantes de la autoridad educativa, fuesen comprendidas y apoyadas por los legisladores. En los últimos años el poder Legislativo a tenido acciones poco acertadas en torno a la educación como la discrecionalidad en la modificación del presupuesto federal, la equivocada decisión de hacer obligatoria la educación preescolar y el poco tacto en la SEP en cuanto al manejo de su agenda legislativa. (Latapí, 2006)
El lento avance entre las IEPU, en torno a las TIC y su inclusión en los modelos educativos, principalmente en secundarias y bachilleratos no ha sido el óptimo, un ejemplo es Enciclomedia, que a pesar de sus intentos por incorporarse a las primarias y secundarias ha tenido una reservada aceptación; pues el libro de texto sigue siendo el primer lugar de preferencia para trabajar en el salón de clases, seguido por el video y enciclomedia en tercer lugar, que requiere de una planeación mas sistémica y frecuente para su utilización. (Sánchez, 2006) Si además de esto consideramos los intereses entre los maestros que están más preocupados por su situación económica y los movimientos políticos de sus dirigentes, que por incorporarse de lleno a estas tecnologías y aplicarlas en el aula de clase, el panorama se torna mas incierto.
Pensar que las IEPR pueden ser la solución a la problemática de cobertura podría no ser lo correcto, pues sin considerar a las instituciones privadas de elite, sino sólo a las instituciones de educación superior privadas de absorción de demanda (IESPAD) no elitistas, y tomando como base a un solo hijo, utilizando el 25% del ingreso familiar mensual para este gasto, en una familia con ingresos de 5 salarios mínimos mensuales; las posibilidades para estudiar una carrera como Administración tomando en cuenta exclusivamente los costos de colegiatura e inscripción, se reduce a sólo 3 instituciones en la zona metropolitana. (Estrada, De la Paz & Gil, 2007)
Ante esta problemática la propuesta del presidente Felipe Calderón Hinojosa de alcanzar el 30% de cobertura a nivel de educación superior, parece ser una prioridad que urge cumplir. (Suverza, A. 2007)
CONCLUSIONES.
Analizado los diferentes factores que influyen para que tengamos una educación de calidad y las limitantes con que cuentan los estudiantes mexicanos para acceder a ella, nos atrevemos a decir que desafortunadamente la educación de calidad esta muy lejos para un grupo de jóvenes deseosos por continuar con sus estudios a nivel universitario y lo anterior se deriva porque la UNESCO, al presentar cinco dimensiones esenciales para considerar una educación de calidad (equidad, relevancia, pertinencia, eficacia y eficiencia), nos permite evidenciar que empezando por la primera, México esta muy por debajo de los parámetros para considerarla aceptable.
Es claro el impacto de desigualdad social y de inequidad en las posibilidades que tiene los jóvenes de bachillerato para ingresar a una institución de educación superior, por lo que debe considerarse como una prioridad mejorar la calidad de la educación en instituciones de nivel medio y superior, a través de generar soluciones mas eficaces, aprovechando todas las posibilidades que las TIC ofrecen en el terreno educativo. Actualmente existen ya muchas experiencias e investigación al respecto, que bien pueden aplicarse como una alternativa viable para ampliar la cobertura con equidad de las IEPU. La inversión a corto y largo plazo vale la pena pero mientras las autoridades de nuestro país vean el sostenimiento del SEM, más como un gasto que como una inversión no lograremos avanzar en este aspecto.
Como menciona López, Morales & Silva (2005):
"El gasto puede o no tener un retorno esperado. Cuando se realiza un gasto
esperando obtener beneficios en un futuro previsible, entonces se le califica
de inversión. En las últimas décadas ha prevalecido la política llamada
neoliberal, según la cual, aunque no se admita explícitamente, se ve a la
educación como un gasto sin retorno". (p. 87)
REFERENCIAS.
Arriaga, E. (2006). Reseña de “la Estructura del Sistema Educativo Mexicano”.
Convergencia Revista de Ciencias Sociales. 223-228.
Costa, J. (2002). La sociedad de la información en el siglo XXI: Un requisito
para el desarrollo. Ministerio de Ciencia y Tecnología de España. 28-30.
Estrada, P., De la Paz O., Gil, A. (2007). De “¿Cuál te pinta mejor?” a “¿para
cual te alcanza?”: desigualdad e inequidad social en el acceso a la
educación superior en México. Revista Electrónica de Investigación
Científica, 9(1) Recuperado el 06 de octubre de 2007 de:
http://redie.uabc.mx/vol9no1/contenido-gil3.html
Latapí, P. (2004). La política educativa del Estado mexicano desde 2002.
Revista Mexicana de Investigación Educativa, 6 (2). Recuperado el 06 de
octubre de 2007 de:
http://redie.uabc.mx/vol6no2/contenido-latapi.html
Latapi, P. (2006). SEP: Rendición de cuentas. Reseña de Equidad, calidad e
innovación en el desarrollo educativo nacional. Revista Mexicana de
Investigación Educativa. 11, 693-701. Recuperado el 11 de noviembre de
2007de: http://www.comie.org.mx/v1/revista/portal.php?idm=es&sec=SC03&&sub=SBB&criterio=ART00065
López, A., Morales, I. &Silva E. (2005). La estructura del sistema educativo
mexicano. UAEM., Cuadernos de Investigación. 36 (87).
Memoria UNAM (2007). Memoria UNAM. Dirección General de Planeación.
2000-2006. Recuperado el 10 de noviembre de 2007 de
http://www.planeacion.unam.mx/memoria/
Murillo, F. & Cuenca R. (2006). Construyendo consensos en torno al concepto
de educación de calidad. Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y
Cambio en Educación. 5(3). Recuperado el 31 de octubre de 2007, de
http://www.rinace.net/arts/vol5num3/editorial.htm
OCDE. (2006). Panorama de la Educación 2006. OCDE nota informativa sobre
México. 1-8.
QS Top Universities. (2007) Top Universities. University of Southampton.
Recuperado el 09 de noviembre de 2007, de
http://www.topuniversities.com/worlduniversityrankings/top200/
Sánchez, L. (2006). El programa enciclomedia visto por los maestros. Revista
Mexicana de Investigación Educativa. 11 (028). Recuperado el 29 de
noviembre de 2007, de
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/140/14002810.pdf
Suverza, A. (2007, 16 de abril). Recursos, calidad y cobertura, retos para la
educación superior. El universal.com.mx. Recuperado el 30 de noviembre
de 2007, de
http://www.eluniversal.com.mx/nacion/150180.html
Zorrilla, M. (2002). Diez años después del Acuerdo Nacional para la
Modernización de la Educación Básica en México: Retos, tensiones y
perspectivas. Revista Electrónica de Investigación Científica, 4(2)
Recuperado el 06 de octubre de 2007 de:
http://redie.ens.uabc.mx/vol4no2/contenido-zorrilla.html
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